viernes, 5 de septiembre de 2008

La pastilla del después


En ese preciso instante en el que el ahora se torna aprehensible uno se pone a pensar en el ayer. Y a veces, es bueno reconocerlo, el pasado nos inmiscuye en cierta tenebrosidad que preferimos evadir, pero que actúa en nosotros como pegajoso imán.
Arranca la línea del pensamiento…y los condicionales se suceden cual torrente. Las barreras que delimitan el ser del parecer se esfuman en humaredas. Sin poder, nos trasportamos a no lugares imaginables, diciendo discursos impronunciables a aquel fantasma, que a pesar de su condición, percibimos con los cinco sentidos. Excusas, mentiras malintencionadas, palabras huecas, f o n e m a s
d i s t a n t e s , s o n i d o s d e s v a n e c i d . . .
Entonces es tiempo de encontrar un remedio. Los hay en mil tamaños, colores y hasta sabores. Sus componentes: ácido propiónico, diazepam, clonazepam, entre otros. Resulta de mi preferencia aquel compuesto por millones de caracteres que cuando me lo suministro, logra llevarme consigo a aquellos lugares en donde encuentro ficticia calma. Es que hay veces en que, a pesar del dolor provocado, es saludable aceptar que nos entusiasma mucho más la otredad que la cotidianeidad.

3 Comments:

Demián said...

que buen efecto de desvanecido

UAV said...

Entre el pasodo y el presente. Que dilema. Es la unica etapa de mi vida que puedo ver con otros ojos a mi presente. Que pienso en que estoy mejorando, y asi que el pasado es pasado, y solo me queda mejorar mi presente. Antidotos de alcohol. Los uso para darme fuerzas y parecer un canchero levantador de boliche. Sin pensar en lo bolucho que a veces uno queda. Un viaje a tu lugar claribel. Gracias por dejarme subir a tu nube. Y besos muchos

hormiga said...

Prefiero no evadir el pasado y dejarlo golpear la puerta hasta que los recuerdos en vez de invadirme puedan fluir como pequeñas corrientes de aire que salen y entran por el mínimo espacio que hay entre la puerta y el suelo. Tal vez por la cerradura. Que tengan el efecto casi imperceptible de las memorias que de tanto recordarse ya no generan respuesta, o tal vez se distorsionan generando sólo sonrisas.